Me considero un anacronismo existencial dado el contexto en el que vivimos en estos días. Hace mucho tiempo que he aprendido a ver la verdad de las cosas y suelo hacer gala de una tendencia compulsiva a decir justamente lo que pienso, aún a sabiendas de que herirá a alguien (siempre y cuando sea verdadero, justificado y objetivo). He aprendido a saltarme la parte hipócrita de la que la mayoría de las personas hacen gala y quizás por eso consigo crearme más enemigos que otra cosa. Soy un whisky de Bukowski con sombrero de Tom Waits que se ríe de la gente con la boca de Maquiavelo, habla con lengua Sabina y mira la estrellas con la trompeta de Chet Baker.
Va va, la he pillado a la primera xd.
ResponderEliminarEstoy en deuda con usted. Lo afirmo.
Yo antes de morir tengo que encenderme un cigarro con un lanzallamas, Comediante stylah.
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